sábado, 11 de agosto de 2007

Cuando decidió enfrentarse a sus fantasmas nunca supuso que los fantasmas opondrían semejante resistencia.

Alguna vez le dijeron que toda peregrinación comienza en el primer paso y, según sus cálculos, la suma de todos sus primeros pasos fácilmente completaría dos o tres peregrinaciones. Pero las matemáticas que aplican al espíritu son matemáticas diferentes a las que enseñan en la escuela y el fracaso repetido es una muy efectiva manera de enterarse de esta diferencia, aunque en extremo desagradable.

Pensó, claro, en el futuro, en la conveniencia, en el qué dirán, en las posibles implicaciones de continuar albergando semejantes monstruos en las cuevas de su predisposición, pero cada vez que llegaba al centro del laberinto había un minotauro nuevo, una medusa ciega, una rígida Alemania del '74 para destruir la ilusión de futbol total de su Naranja Mecánica holandesa.

Y sin embargo aquí estaba hoy, obstinado y dispuesto a dar un primer paso por millonésima vez.

2 comentarios:

Wilfredo Rosas dijo...

Siempre es mas complicado dar el primer paso. Encima, si se empieza por el pie izquierdo, no importa cuantos pasos derechos se den, siempre estaremos uno izquierdo adelante.
Saludos.

www.entrecorbatasyescotes.blogspot.com

Radio AM. dijo...

Interesante reflexión, pero siempre se puede frenar y volver a empezar con el otro pie.

A menos que uno sufra de desorden compulsivo severo.

Gracias por la visita.