miércoles, 25 de julio de 2007

something in the way she knows
and all I have to do is think of her
something in the things she shows me


La ciudad estaba helada pero la cama estaba tibia.
Él se despertó antes de que suene el despertador por segunda vez; ella, a su lado, latía y respiraba a un mismo ritmo, dormida. Lentamente, tratando de no despertarla, él se acurrucó contra la espalda desnuda de ella y trató de calcar la cadencia de su respiración, con bastante éxito, y se sintió feliz como cuando era un chico y caminaba todo el trayecto de su casa a la escuela sin tocar las líneas formadas por las baldosas en las veredas. Entonces el despertador sonó por segunda vez, durante unos segundos, antes de ser alcanzado por la mano torpe, pero entrenada para la tarea a fuerza de repetición diaria. Él sintió que ella despertaba y murmuró "flz cmplñs" (feliz cumpleaños) a lo que ella respondió "mhm" (gracias). Él besó y acarició y acurrucó y entre tarea y tarea "flz cmplñs" y ella "mhm".
Y mientras tanto, un libro escondido -aburrido- esperaba ansiosamente el momento de cumplir con su destino de ser regalado.
En ese sentido, supongo que era también el primer cumpleaños del libro que, quién sabe, también tendrá su pequeña memoria y festejará, en secreto, cada año.

2 comentarios:

p dijo...

de ahí la importancia de saber usar el snooze!

Radio AM. dijo...

Me descubriste :)