Imaginen que coexisten en un mismo ecosistema un ave de presa y una serpiente. Los huevos de ambos animales son idénticos y siempre eligen un mismo hueco para anidarlos.
Supongamos que el hueco elegido tiene la capacidad de albergar cinco huevos, de tal modo que la cría de una de las dos especies siempre predominará numéricamente sobre la de la otra.
Si la serpiente pusiera tres huevos, sus crías matarían a la progenie del ave y el nido se convertiría en un serpentario.
Si, en cambio, el pájaro pusiera tres huevos, sus crías matarían a las de la serpiente y el nido sería, exclusivamente, un nido de aves.
Se me ocurre que del mismo modo se relacionan el amor y el odio en el hueco del corazón de los hombres.
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